martes, julio 04, 2006

Siempre un poco más lejos

La segunda parte de lo que podríamos llamar el ciclo de aventuras sudamericanas se recoge dentro del título Siempre un poco más lejos. Compuesto por un total de cinco historias cortas. Corto había perdido la memoria por culpa de una gaviota pero la recupera tras comer unos hongos “mágicos” que le hacen penetrar junto a Steiner, cocinero del alucinógeno manjar, en un profundo sueño donde conocen a Pierre La Rein, personaje que utilizará un truco frente a los indios brasileños para que lo maten antes de ser comido. Esta historia está basada en una un relato de Jack London, e incluso en otra historia del propio Pratt, concretamente en «La Fuga», un episodio de Ernie Pike.
La conga de las bananas», título del segundo episodio, es una aventura llena de acción donde los disparos vienen de todos lados y Corto, como siempre, está en medio. A destacar de este título la aparición de Esmeralda y de Veneciana Stevenson. La siguiente aventura, «Vudú por el presidente», es una historia extraña donde los muertos juzgan a los vivos. En el banquillo de los acusados se sienta en esta ocasión Soledad Lockhart a quien ya conoce Corto, aunque él no lo recuerda, de cuando se llamaba John Smith. Un país como Brasil alberga muchas historias, más es así en una época en el que el mundo se bate en guerra. En este marco bélico llegamos a una historia extraña donde los muertos vivientes y la magia negra dan paso a una historia de amor en la que un hombre, un militar desertor, opta por morir frente a «La laguna de los hermosos sueños» en uno de los mejores relatos cortos de ésta etapa. Pratt ya se nos presenta como un gran retratista de la figura humana con ecos humanistas de Saint-Exupéry.
Llegamos al final con «Abuelos y leyendas», un claro manifiesto sobre el respeto a las costumbres de culturas muy diferentes. En esta aventura Corto parte en busca del nieto mestizo de un famoso médico occidental y de un chamán indio, la situación no puede resultar más paradójica.

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