martes, julio 04, 2006

Fábula de Venecia

Fábula de Venecia aparece en 1.977 en L´Europeo. Es la primera historia de Pratt que se edita en una publicación no destinada a los tebeos siendo L´Europeo un semanario italiano sobre política y cultura.
Ésta historia siempre me ha recordado a una obra de teatro, la fábula está estructurada en cuatro actos unidos de manera magistral. Se observa cómo en en los diferentes actos aparecen los personajes que primero se presentan, después actúan y al final regresan a escena para saludar al público como ocurre en una obra de teatro.
Pero además es una Fábula, por eso el original apareció en color, Pratt siempre decía que las fábulas eran en colores.El otro título de la obra es Sirat Al Bunduqiyyah. Para conocimiento de todos Bunduqi en árabe significa violencia además de Venecia, el nombre proviene de la época en que Venecia era una ciudad muy beligerante con los árabes.
Nunca he sabido que me gustó más de Fábula de Venecia, si el tebeo en sí o la introducción de Pratt cuando habla de su abuela y los lugares mágicos de Venecia. La obra siempre se ha considerado, reconocido por el autor, como un homenaje a la ciudad de Venecia. Todos sabemos que Hugo Pratt nació en Rimini al igual que su amigo Fellini, pero Hugo por casualidad sólo permaneció en esta ciudad hasta una semana después de nacer. Siempre se consideró veneciano pues allí tenía su casa. En cierta ocasión comentó que le hubiera gustado homenajear a la ciudad que le vio nacer, pero no podía porque le faltaba algo: no era mágica. Rimini aun siendo la cuna de Fellini no daba para tanto pero siempre nos quedará Venecia.
Entrando en el meollo de Fábula de Venecia nos encontramos con que Pratt quiere acercarse a los masones. Siempre decía que los masones eran seres tristes que no entendían la ironía, en cambio es una agrupación en la que sus miembros se ayudan de una forma muy especial, son ante todos leales entre sí y a la organización. Grandes personajes históricos han sido masones, entre ellos muchos de los Presidentes Estadounidenses. Pratt nunca tuvo una protesta formal ni informal por parte de las agrupaciones masónicas y cuando pidió ayuda para no decir tonterías de los masones, no la recibió.
Otro grupo que refleja la obra es el de los fascistas, recordemos que el abuelo de Hugo Pratt fundó la “Serenísima”, una agrupación fascista a la que pertenecieron todos los tíos de Hugo excepto uno, el garbanzo negro de la familia, debe haber uno en todas y la del dibujante no iba a ser menos, que curiosamente era marino y para más señas anarquista, ¿no será ése el auténtico Corto?. De ese tío no querían hablarle en su niñez, un marino rebelde, anarquista y olvidado de todas sus raíces (También se aprecian aquí ecos a la historia de "El Monje").
En la época en que discurre La Fábula comenzaba el fascismo en Italia, cuyo máximo exponente sería Mussolini años más tarde. La historia empieza con Corto perseguido por un grupo de jóvenes fascistas que aman y practican la violencia al igual que otros amamos la Cultura e intentamos practicarla. Corto salva el cuello entrando, o mejor cayendo, en medio de una reunión masónica. La mezcla de realidad y lo mito ha acompañado siempre al fascismo al igual que ocurre en esta obra donde las leyendas se adueñan de la narración con la búsqueda de la “Clavícula de Salomón”.
Calles repletas de fórmulas mágicas y piedras preciosas, recorridas por un Corto que intenta mantenerse en el registro de la realidad buscando una gran esmeralda, menos mal que no se enteró Rasputín porque hubiera roto el encanto centrándose en adquirir la joya. Hitler buscó el Santo Grial al igual que Mussolini buscaba la loba de la cual mamaron los fundadores del Imperio Romano, Rómulo y Remo. Una eterna búsqueda de lo divino por parte de grandes dictadores, que nunca tuvieron suficiente con el mundo terrenal ,al sentirse por encima del resto, para pretender poder más allá del terrenal anhelando la vida eterna, la fuente de la juventud, etc., Ineludible pensar en la cercanía entre la locura y éstas ansias de poder esotérico. Pero en Venecia esto es posible al ser la ciudad más misteriosa del mundo donde lo esotérico tiene su espacio y su manifestación como se justifica en las páginas de Fábula en Venecia.
Entre el reparto encontramos a Louise Brookszowyc, quien físicamente es la actriz americana Louise Brooks, musa a su vez del genial Guido Crepax en su mejor y más completa obra, Valentina. Otro gran personaje es Hipatia, figura que desde siempre atrajo a Pratt tras haber leído en su infancia la novela de Charles Kingsley, Hypatia. Hipatia es la reencarnación de la directora de la Biblioteca de Alejandría, aquella donde se guardaba todo el saber humano de la época. Pratt y los libros se adoraban mutuamente, y éste tipo de detalles en el guión dan fe de ello. Hugo, en más de una ocasión, comparaba cómo los Mongoles, bárbaros por antonomasia, mataban, violaban y destruían todo excepto las bibliotecas o cómo los árabes también las respetaban. En cambio, en aquellos tiempos la iglesia católica tenía la dichosa costumbre de quemar todo aquello que no estuviera escrito bajo su prisma, curiosamente obró igual la alemania nazi. ¿Puede haber alguien más salvaje que el que quema libros?, bueno siempre hay alguna excepción. Perdonamos al inspector Carvalho por la libertad literaria que se toma Manuel Vázquez Montalbán.

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